Después de intensos días de reencuentros familiares y excesos culinarios de todo tipo, las fiestas blancas dicen adiós hasta un año cargado de ilusión y perspectivas en una recuperación que parece no llegar a todos por igual. Por todo esto, el responsable del departamento creativo de juanjook.com se dio más de «un garbeo» por las animadas calles de la capital belga. La Grand Place era su colorido punto de partida.

fuente: juanjook.com
Durante la increíble ruta de murales y fachadas de Cómic por la ciudad de Bruselas, uno puede aproximarse en poco tiempo a una de las bases del orgullo nacional patrio, así como el chocolate, los crêpes, el gótico, el modernismo, la cerveza o los gofres. Bocadillos, que no de pan, viñetas, explosiones, tebeos, historietas, personajes ilustres de niños y adultos, etc. inundan sus frías calles.

fuente: juanjook.com
Dejando a un lado a los «gabachos» Asterix y Obélix, a quienes se les rinde homenaje en el Centre Belge de la Bande Desinée, gran parte de avenidas, plazas, solares, calles y pasajes del casco histórico de Bruselas están ilustradas por fantásticas imágenes de cómics, historias y tebeos tan conocidos como: Suske, Spirou, Tintin, Los Pitufos o Lucky Lucke.

fuente: juanjook.com
El 9º arte posee un éxito sin precedentes en la capital, y no solo bruselenses sino también turistas conviven y aprecian a diario los mensajes, la gama cromática, los diseños atrevidos, el humor o las formas tan características de estos héroes nacionales. Al mismo tiempo, son visibles las esculturas a personajes del cómic conocidos en diversos lugares clave de la capital política de Europa. Gaston Lagaffe (de André Franquin) es un ejemplo, así como Vaartkapoenen (ladrón tras un policía), junto a las conocidas figuras que no pueden aguantar su micción tras una larga «resaca» (Manneken, Jeanneke y Zinneke Pis).

fuente: juanjook.com
El verdadero punto de inflexión en el arte del cómic tuvo como principal icono a uno de los personajes belgas más reconocidos: Tintín (/Tantán/ como es conocido en Bélgica).
Con su inseparable Milú, otros conocidos personajes del histórico aventurero periodista tiene cabida en el museo del cómic. Los hermanos Hernández y Fernández, el capitán Haddock, el profesor Tornasol,… En concreto, en la “Rue de l’Etuve” se puede contemplar un fresco realizado por el autor de Tintin, Hergé, donde aparece su Fox terrier y el Capitán Haddock junto a una escalera.

fuente: juanjook.com
Esa extraña sensación de volver a la niñez, de estar envuelto de un ambiente cambiante, creativo, juvenil, lleno de luz, que permite a uno mismo relajarse por sus calles, contemplando mientras se detiene el tiempo de esas reconocidas obras de arte y no cesar en apreciar el gusto por el detalle y las historietas cercanas. La capital belga posee ese encanto y va mucho más allá, sabiendo extraer de su arquitectura, una fuerte apuesta por la cultura urbana y la aproximación a un público cada día más joven y cosmopolita. Spirou, Quique y Flupi, Titeuf, el pequeño Jojo o Brousaille son evidentes ejemplos de cómo los mandatarios locales han sabido apostar firmemente por acercar el arte y diseño a sus conciudadanos e integrarlos en espacios del casco histórico.

fuente: juanjook.com
Además de la pasión por el cómic, otro de los fuertes de la visita a la capital comunitaria es, sin duda «el Modernismo». En Bruselas se le conoce por «Art Nouveau« y los vestigios son numerosos entre sus construcciones. El Gaudí particular de la ciudad debía responder a una exigencia histórica del momento, no solo en escultura o pintura, sino sobre todo en arquitectura. El padre del modernismo belga, Víctor Horta, posee una magnífica casa museo en el barrio de Ixelles (y supone el verdadero eje de la ruta modernista de Bruselas).

fuente: juanjook.com
De visita obligada, el hall del reconocido Hôtel Metroplole de la capital comunitaria, la majestuosa Basilique du Sacré-Coeur o las magníficas construcciones modernistas del barrio de St-Gilles, así como la Square Ambiorix, son inigualables muestras donde la balaustrada, la curva, el hierro forjado, el balcón de acero o el gusto al detalle por la curva son una constante.

fuente: juanjook.com
Desde juanjook.com recomiendo en todo momento combinar este enriquecedor recorrido por los rincones menos masificados de la capital belga, junto al placer de degustar los mejores gofres y crêpes por sus empedradas callejuelas, sintiéndose uno como un personaje más de tebeo y tocar a diario el estilo modernista más característico del centro de Europa.

fuente: juanjook.com
Muy social